domingo, marzo 04, 2007

El surco del deseo


Es virtualmente imposible que después de varios tangos, dos cuerpos no empiecen a conocerse. En esa sabiduría, en ese desarrollo del contacto se diferencia el tango de otros bailes, que mantienen a los bailarines alejados entre sí o solo permiten roces fugaces que no hacen historia. El abrazo del tango es comunicación y si pudiera objetivarla diría comunicación erótica. Un prólogo del cuerpo a cuerpo que vendrá o no, pero que en ese tramo figura en los bailarines como proyecto verosímil y cuanto mejor se lleve la pareja en el baile, cuanto mejor se amolde un cuerpo al otro y se correspondan el hueso de uno con la carne del otro, más potente se hará la condición erótica de una danza que empezó siendo bailada por rameras y cafishos en un lejano tiempo. Hoy sigue siendo bailada por rameras y cafishos que todos llevamos en algún rinconcito de nuestras almas y que despiertan alborozadas y vibrantes cuando empiezan a sonar lascivos tangos.
La imagen primera, la esencial, la que la disponibilidad sensitiva de cada cuerpo trasmite a los archivos de la imaginación; no se modifica si aparece un nuevo detalle en el cuerpo del otro. La memoria del cuerpo, es posible que no caiga en minucias, y el cuerpo recuerda del otro lo que le da placer, no aquello que lo disminuye. Es una memoria entrañable mucho más generosa que el tacto desgastado de rutinas cotidianas…
El pecho que toca pechos, la cintura que siente cintura, el sexo que roza sexo; toda esa sabrosa red de contactos, aunque se verifique a través de sedas, algodones, hilos o telas mas bastas, aprenden rápido la geografía del otro territorio, llegara o no a ser amado; pero por lo pronto es fervorosamente deseado. Es el surco del deseo.

Itala

2 Comments:

Blogger Rox said...

Esto fue tomado de "La borra del cafe", de Mario Benedetti, 1992 (paginas 120 - 122), en pedacitos salteados dentro del capitulo "El surco del deseo". Felicidades, sin embargo, por la magnifica representacion de la pintura que se propone hacer Claudio (el protagonista), con el mismo nombre: El surco del deseo. (La proxima vez, por favor, recuerde citar y dar credito.)

9:49 p. m.  
Blogger Rox said...

Esto fue tomado de "La borra del cafe", de Mario Benedetti, 1992 (paginas 120 - 122), en pedacitos salteados dentro del capitulo "El surco del deseo". Felicidades, sin embargo, por la magnifica representacion de la pintura que se propone hacer Claudio (el protagonista), con el mismo nombre: El surco del deseo. (La proxima vez, por favor, recuerde citar y dar credito.)

9:49 p. m.  

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